¿Qué es la Contractura Cérvico-Dorsal?

• La zona cérvico-dorsal se encuentra sometida a frecuentes sobrecargas en la práctica deportiva.
• Todas las estructuras músculo-tendinosas y ligamentosas pueden lesionarse, pero la dolencia más frecuente es la contractura o el estado de contracción dolorosa que puede afectar a diversos músculos cérvico-dorsales, aunque el más afectado es el trapecio.
• El cuadro clínico es dolor en zona cérvico-dorsal que puede abarcar desde la zona occipital hasta la zona interescapular. El dolor se incrementa con los movimientos de flexo-extensión, rotación e inclinación del cuello, pero también los que implican movimientos de la columna a nivel dorsal.
• El mecanismo lesional puede ser por sobrecarga (repetición de gestos deportivos), por movimientos extremos de hiperflexión, hiperextensión o rotación, o por contracción muscular violenta.

Como medida de prevención para las contracturas, se recomienda:

1. Evite el sobreesfuerzo o trabajo continuo del músculo, así como mantener un buen estado físico practicando regularmente ejercicio físico adecuado.
2. Evite gestos o movimientos repetitivos. Si son inevitables, por motivos deportivos o laborales, es conveniente realizar pequeñas rutinas de ejercicios de estiramiento y movilidad articular de las zonas expuestas a la dolencia (5-10 min, regularmente).
3. Adopte una correcta higiene postural, ya sea en el sofá viendo la televisión, en la silla de la oficina, o incluso cuando duerma. Una mala postura continuada provoca contracciones forzadas de la musculatura.
4. Recuerde que antes de emprender ninguna actividad física, es imprescindible un calentamiento acorde con el esfuerzo a realizar.

La prevención se realiza con un programa regular de fortalecimiento de la musculatura cérvico-dorsal y de ejercicios de movilidad del cuello en todos los movimientos (flexo-extensión, lateralización y rotación), además de estiramientos músculo-esqueléticos de la zona.