Pilates para la espalda: ¡tu aliado contra el dolor!
¿Qué es el Método Pilates?
El Pilates nace a principios del siglo XX como un sistema de ejercicios basado en la rfuerza muscular, la relajación y la respiración, unidas dinámicamente a través del control mental activo. Fue diseñado para estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo, siempre acompañado por la respiración controlada y adaptado a cualquier condición física. No solamente sirve como ejercicio de mantenimiento, también es un buen complemento para la práctica deportiva diaria y un eficaz método de rehabilitación.
Beneficios del pilates
En sus comienzos se centró su función rehabilitadora en la prevención de dolores físicos, como el de espalda. Actualmente se sabe que sus beneficios van más allá:
- Equilibrio mente-cuerpo. Al igual que el yoga y el mindfulness, el pilates puede servir para rebajar la ansiedad y el estrés, llegando a proporcionar una relajación completa.
- Reeducación postural. Fundamental para tratar dolores crónicos. Mediante los ejercicios se redefine la postura corporal, alcanzando grandes beneficios para nuestro organismo. En el caso de la espalda, al realinear la columna, y fortalecer y estirar la musculatura, podemos hacer que gran parte de los dolores desaparezcan o disminuyan.
- Fortalecimiento muscular. En una sesión de pilates se trabaja todo el cuerpo y no solo grupos musculares en concreto, por lo que evitamos la sobrecarga localizada, típica del ejercicio analítico. Esto nos ayudará a estabilizar las articulaciones de forma adecuada.
- Aumento de flexibilidad. El alargamiento de los músculos y la movilización de aquellas zonas que solemos olvidar producen un aumento de la flexibilidad a largo plazo. Con el tiempo, notaremos que nos sentimos más cómodos y preparados para hacer aquellas actividades que antes nos costaban tanto.
- Pérdida de peso. Toda actividad física de impacto bajo o medio que se convierta en rutina puede ayudarnos a controlar nuestro peso. Pese a que no es su objetivo, los ejercicios de pilates combinados con una buena alimentación y una vida activa, favorecerán la quema de calorías y con ello la bajada de peso. Físicamente notaremos menos dolor en articulaciones de carga como las rodillas, lumbares o tobillos, además de reducir el dolor de espalda.
Pilates: el remedio para el dolor de espalda
Los estudios indican que aproximadamente un 80% de la población sufrirá patologías en la columna a lo largo de su vida, traduciéndose sobre todo en la aparición de dolor. El elevado aumento del sedentarismo y la realización de trabajos de gran sobrecarga, puede provocar contracturas en espalda y cuello, hernias discales, ataques de ciática, etc. Adoptar una mala postura que nos haga perder la alineación natural de la columna durante largos periodos de tiempo, puede ser fuente de problemas a corto y largo plazo.
Muchas de estas patologías pueden solventarse con reducación postural en el trabajo y en las actividades de la vida diaria. Si queremos tratar de raíz este dolor, además de abordar la causa que nos provoca el malestar, debemos añadir a nuestra rutina ejercicios que fortalezcan la columna. Con la ayuda de un fisioterapeuta que nos guíe, podremos mitigar los ataques álgicos y prevenir futuras lesiones.
En pilates se trabaja la musculatura profunda del abdomen, mejorando la movilidad articular, y a su vez ganando estabilidad de la columna vertebral de una forma segura, para evitar lesiones. Los ejercicios de pilates son de bajo impacto y de pocas repeticiones, dando más importancia a la calidad del movimiento enlugar de a la cantidad. Con este sistema evitamos el desgaste y sufrimiento articular, al centrarnos en la eficiencia de la actividad.
El trabajo postural realizado nos ayuda a mejorar la alineación de la columna, a fortalecer toda la musculatura del tronco y a mejorar la función nerviosa. El hacernos conscientes de los malos hábitos posturales nos ayuda a corregirlos también fuera de la práctica de pilates, por lo que sus beneficios van más allá del horario de la actividad. En conclusión, encontrar la postura correcta de nuestra espalda, combinada con ejercicios de fortalecimiento de los músculos profundos del abdomen y de la espalda nos llevan a disminuir la lumbalgia, la cervicalgia y otros dolores localizados en la espalda.
Empezar en pilates, ¡da el paso!
Piensa que empezar una nueva actividad puede ayudarnos físicamente, pero también puede mitigar problemas de otra índole. Muchas personas sienten mejoría inmediata al empezar una rutina, socializar con gente nueva o simplemente al dedicar unas horas a sí mismas y a su cuidado. Si has decidido que el pilates es la actividad que estabas buscando pero no sabes cómo empezar, puedes apuntarte a un gimnasio o centro deportivo donde aprender la técnica y seguir clases en grupo.
Si tienes alguna patología o problema de salud, es importante acudir primero a un fisioterapeuta especializado, para que te enseñe el correcto desarrollo de los ejercicios y establezca unos límites adaptados a ti. No dudes en consultarle también si al empezar a practicar pilates sintieras dolor o molestias, ya que puede ser un signo de alarma de que no estás realizando la rutina de forma adecuada. Anímate a probarlo, seguro que notas la diferencia.
Paula Aranda – Fisioterapeuta
N.º COLEGIADA 2385
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